
Lionel Messi no solo es sinónimo de récords y títulos, sino también de humildad y respeto por la historia del fútbol. Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera fue cuando superó el legendario récord de Gerd Müller, quien en 1972 anotó 85 goles en un solo año. En 2012, Messi rompió esa marca con 91 goles, estableciendo un registro que hasta el día de hoy parece inalcanzable.
Lejos de la competencia o la rivalidad, Müller reconoció la grandeza de Messi y le envió una camiseta autografiada en señal de respeto. El astro argentino respondió con un gesto aún más significativo: le regaló la camiseta que usó en el año en que batió su récord, junto con una carta de agradecimiento. Este intercambio entre dos leyendas reflejó los valores de grandeza y admiración mutua en el fútbol.
El respeto de Müller por Messi quedó inmortalizado en el Allianz Arena, cuando el alemán tomó una decisión sin precedentes: donar la camiseta del argentino al museo del Bayern Múnich, convirtiéndola en la única pieza de un jugador externo exhibida en su historia. Este acto demostró el impacto global de Messi, incluso en un club con una tradición tan fuerte.
Además de su talento indiscutible, este episodio reafirma la importancia de Messi como un referente del deporte no solo por sus hazañas en la cancha, sino también por su humildad y reconocimiento hacia los que lo precedieron. Su récord sigue vigente y, hasta el momento, ningún jugador ha logrado acercarse a esa marca histórica.
¿Alguien podrá superar los 91 goles en un año? Mientras el fútbol evoluciona, lo que permanece intacto es el legado de Messi, una leyenda que trascendió los números para dejar una huella imborrable en la historia del deporte.