
En un amistoso entre el Inter Miami y el América, Lionel Messi volvió a ser el centro de atención, no solo por su destacada actuación en el campo, sino por un gesto que encendió las redes sociales y dividió opiniones. Tras la victoria de su equipo en penales, Messi levantó tres dedos, haciendo alusión a sus tres Copas del Mundo, lo que muchos interpretaron como una provocación hacia los aficionados mexicanos. Este gesto transformó un simple partido en un evento mediático global.
La reacción al gesto de Messi no se limitó al estadio; rápidamente se trasladó a las redes sociales, donde surgieron memes, debates y hashtags como #MessiContraMéxico. Mientras algunos defendieron su acción como una celebración legítima, otros la vieron como una falta de respeto. Incluso personalidades del deporte y críticos en México, como Álvaro Morales y el «Bofo» Bautista, avivaron la polémica, señalando al argentino de profesionalismo cuestionable.
A pesar de las críticas, Messi también mostró su lado humano al firmar camisetas y tomarse fotos con jugadores jóvenes del América, lo que contrastó con las acusaciones de provocación. Este gesto de amabilidad recordó que su relación con México no es sencilla, marcada por episodios como los rumores tras el Mundial de Qatar 2022, pero también por una sólida base de fanáticos mexicanos que lo admiran profundamente.
El caso evidenció cómo, en la era digital, cualquier acción de una figura como Messi adquiere una dimensión desproporcionada. Lo que empezó como un gesto en un amistoso se convirtió en un símbolo de cómo el astro argentino polariza opiniones y despierta emociones en cualquier contexto.
Este episodio reafirma el legado de Messi como un jugador que trasciende el fútbol, capaz de generar impacto incluso en los partidos menos relevantes, demostrando que su influencia va más allá de lo deportivo, dejando huellas imborrables en la historia.